escuchar no es siempre oír;
andar sólo no es soledad, corbardía no es paz, ser feliz no es sonreír y peor que mentir es silenciar la verdad;
la humildad no es sumisión, es ese don que se suele confundir.
Cuando las cosas me van mal, como a veces suelen ir, cuando mi camino sólo tenga cuestas que subir, cuando tenga poco y mucho que pagar y cuando precise sonreír...
aún queriendo llorar, cuando el dolor me agobie y no pueda ni sufrir, tengo que descansar, pero nunca desistir y que cuando todo esté peor, más debo insistir.
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